La lejía, también conocida como agua de lejía, es una solución de hipoclorito de sodio en agua y tiene muchos usos. Estas son algunas de las principales formas en que se utiliza el agua sanitaria:
1. Desinfección de superficies: La lejía es eficaz para desinfectar superficies como suelos, baldosas, encimeras, baños y cocinas. Puede utilizarse para eliminar gérmenes, bacterias y moho, ayudando a mantener la limpieza y la higiene.
2. Eliminación de manchas: La lejía puede utilizarse para eliminar manchas difíciles en tejidos blancos o resistentes a la lejía. Es importante seguir las instrucciones de uso y dilución adecuadas para evitar dañar el tejido.
3. Limpieza de cuartos de baño: La lejía se utiliza a menudo para limpiar y desinfectar cuartos de baño. Se puede aplicar en inodoros, lavabos, bañeras y azulejos para eliminar manchas, desinfectar y eliminar olores.
4. Limpieza de utensilios de cocina: La lejía se puede utilizar para limpiar utensilios de cocina como tablas de cortar y utensilios de plástico, ayudando a eliminar manchas y eliminar bacterias.
5. Desinfectar la ropa: La lejía puede añadirse al lavado de ropa blanca para desinfectar y ayudar a eliminar manchas difíciles como las de sangre o sudor. Es importante seguir las instrucciones de uso y evitar su uso en ropa de color, ya que puede desteñir.
6. Desinfección del agua: En situaciones de emergencia o cuando la calidad del agua es cuestionable, puede utilizarse lejía para desinfectar el agua potable. Sin embargo, es necesario seguir cuidadosamente las directrices específicas sobre la cantidad adecuada que debe utilizarse para que el agua sea segura para el consumo.
El envase de la lejía puede variar según el fabricante y la región, a continuación se indican los tipos más comunes que se encuentran en el mercado:
1. Botellas de plástico: La lejía suele encontrarse en botellas de plástico de distintos tamaños, como de 1 litro, 2 litros o 5 litros. Estas botellas pueden tener tapones de rosca o tapas abatibles para facilitar su uso y dosificación.
2. Garrafas: son recipientes más grandes, normalmente de plástico resistente, con una capacidad de 10 litros, 20 litros o más. Los galones suelen ser utilizados por empresas de limpieza o en lugares donde hay una mayor demanda de lejía.
3. Sobres individuales: Algunas marcas ofrecen lejía en sobres individuales predosificados. Estos sobres son convenientes para el uso doméstico, ya que permiten una dosificación precisa y evitan el desperdicio.
4. Recambios o recargas: Algunas marcas ofrecen recambios de lejía, que son envases más grandes destinados a rellenar botellas más pequeñas. Esta opción es más económica y reduce el uso de plástico, por lo que es una opción más sostenible.