En el mercado existen varios tipos de caramelos y chicles, con diferentes sabores, texturas e ingredientes. He aquí algunos ejemplos:
Caramelos de gelatina: son los clásicos caramelos con forma de osito u otra figura, elaborados con gelatina, azúcar y colorantes.
Caramelos de goma: son caramelos con forma de frutas, animales, corazones, entre otros, elaborados con una mezcla de jarabe de glucosa, azúcar, gelificantes y aromas.
Caramelos de menta: son caramelos elaborados con aceite de menta y azúcar, conocidos por su sabor refrescante y su efecto calmante en la garganta.
Caramelos: son caramelos elaborados con azúcar, leche y mantequilla, de textura suave y sabor dulce.
Caramelos de goma ácidos: son caramelos que combinan sabores dulces y ácidos, comúnmente elaborados con jarabe de glucosa, azúcar, ácido cítrico y aromas.
Chicles: son gomas de mascar, normalmente con sabor a fruta o menta, que ayudan a refrescar el aliento y a mantener los dientes limpios.
Chicles vitaminados: son chicles con sabor a fruta enriquecidos con vitaminas y minerales, que ayudan a complementar la dieta diaria.
Chicles de colágeno: son chicles que contienen colágeno, una proteína importante para la salud de la piel, el cabello y las uñas. Suelen tener sabor a fruta.
Estos son sólo algunos ejemplos de los muchos tipos de caramelos y chicles disponibles en el mercado. Las opciones son muchas y varían según las preferencias de cada persona.